lunes, 27 de octubre de 2008

viernes, 17 de octubre de 2008

UNA SALVACIÓN DESDE LO ALTO


"Siento la agonía en mi mente. No puedo moverme. Pero a la vez todo mi cuerpo se estremece con una fuerza devastadora que lo hace temblar. Mis manos se contraen por los cables que sostienen sin querer, es absurdo intentar soltarme de esa sacudida que persiste cada segundo que pasa. Quería apartar todo eso que consumía mi cuerpo, la mente, el alma, la vida, los sueños, y las esperanzas. Mi corazón estaba retorcido por la descarga y latía con mucha velocidad, como si estuviera en una carrera entre ella y yo.”
Tal vez por cosas del destino o por como él mismo asegura, por la mano de Dios hoy, puedo escribir de Jorge Mario Posada un joven Magangueleño a quien la vida le dio una segunda oportunidad, tras sufrir una descarga eléctrica que dejo pequeñas cicatrices externas pero grandes marcas en su interior.

Jorge dice ser una persona sencilla, amigable, amorosa. Le encanta la música, la fotografía es su pasión “soy fotógrafo aficionado, me encanta fotografiar personas, para mí la fotografías hablan”. Le gusta compartir su tiempo libre con sus amigos y familia, con la que mantiene una muy buena relación y en todas las vacaciones le gusta pasar tiempo con su abuelo jugando billar“yo todos los años hago una premiación en mi casa, doy un diploma y todo. Mi abuelo siempre se lleva el premio al cansón del año y me gusta mucho jugar billar con él”.

Diferentes vivencias en su vida le han servido como fuente inspiradora para escribir textos periodísticos que reflejan su pasión y capacidad imaginativa como este fragmento de un escrito suyo llamado MUERTE A LOS DIECIOCHO “Siento la agonía en mi mente. No puedo moverme. Cuando llegué aquí, me sentí muy solo. Tengo una sensación de amargura y solo espero encontrar un poco de simpatía, pero no puedo hallarla. Veo sólo cientos de cuerpos en tan mal estado como el mío. Me han puesto un número y me han colocado en un sitio donde se ve un cartel que dice: “Accidentes de Tránsito”.
Detrás de su personalidad callada y los lentes que siempre lleva, se encuentra un hombre analítico y observador, un hombre que disfruta siendo bromista, compartiendo con personas con una posición social menos favorable a la suya.
Su pasión por el futbol lo llevó un 4 de septiembre a vivir una de las experiencias más amargas y dulces de su vida, al sufrir una descarga eléctrica que casi le arranca la vida, esta vivencia le ayudo a reflexionar sobre su relación con Dios y la nueva oportunidad que le dio “Como me hubiera gustado no llegar allí, no estar mojado, no quitarme los zapatos para bailar, no alzar mi mano que por mi altura casi alcanzaba el techo, haberle dicho al conductor del taxi que no se dirigiera en aquella dirección en donde me ocurriría ese accidente, no vivir ese momento que se convirtió quizás en el menos inesperado pero el más buscado”.
“Al salir de ese lugar, solo podía decir a mis amigos que en su asombro me veían, que esto: “Era un milagro de Dios, que él me había salvado” Jorge hoy tiene una nueva oportunidad por eso sueña con tener una familia, hijos y sobre todo conocer más de Cristo.